ISSN: 2708 – 7107 / ISSN-L: 2708 – 7107
Volumen 3, Nro. 6 / Julio - diciembre 2021
pp. 153 - 156
Freire, Paulo. (2017). Pedagogía del oprimido.
Siglo XXI de España Editores S.A. 246 páginas. ISBN: 978-23-2589-7
Pablo Emilio Cruz Picón
Código ORCID: 0000-0003-2548-4657
Magíster en Educación/Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) Filósofo/Universidad Industrial de Santander (UIS)
Lady Jazmmin Hernández Correa
Código ORCID: 0000-0002-5399-3849
Especialista en Innovación Docente Mediada por TIC /Universidad ECCI Filósofa/Universidad Industrial de Santander (UIS)
Paulo Freire
En el texto titulado Pedagogía del Oprimido (1970) del educador, pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire, se reconocen aspectos esenciales de las condiciones pedagógicas, sociopolíticas e históricas del contexto Latinoamericano sobre todo de los sectores más pobres de la sociedad en su país de origen: relaciones de poder (opresores-oprimidos), manipulación elitista, deshumanización, descolarización, analfabetismo, fragmentación e injusticia social y educación bancaria o domesticación del conocimiento. De forma análoga, se plantea una rigurosa propuesta radical basada en: problematización, emancipación y conciencia, educación como práctica de la libertad y acto cultural, dialéctica en el pensamiento y acción, transformación educativa y social, democratización del diálogo crítico, humanización y alfabetización.
Freire aborda estos tópicos desde una perspectiva socio pedagógica e histórica conjugada con lo político para vislumbrar factibles respuestas a las cuestiones tales como: ¿Qué significa educar, desde las agudas y dolorosas metamorfosis que están experimentando las sociedades latinoamericanas?, ¿la educación se encamina a oprimir o la liberar?, ¿la escuela es una fábrica de obreros? y ¿el educador enseña a reflexionar su realidad social y política? Los anteriores cuestionamientos matizados por el autor, por un lado, desde heterogéneos ángulos correlacionales, heurísticos, filosóficos, culturales y políticos, y por otro, desde diversas categorías sociológicas que coadyuvan para problematizar variables como; lo educativo y sociopolítico. Su enfoque holístico de la praxis humana busca resignificar “la educación como práctica de la libertad” (p.31), mediante la conversión, reflexión, humanismo, descubrimiento del destino histórico intersubjetivo (visión crítica de la realidad del país). La práctica liberadora implica autoconfigurar la humanización del sujeto, a su vez, es incongruente con la práctica de la dominación.
Desde este marco de pensamiento, Freire reflexiona sobre la educación, y nos trasporta de nuevo al espacio heurístico que él ha denominado de forma explícita pedagogía de la liberación e implícita revolución del pensamiento crítico. En un manuscrito (243 páginas) publicado por primera vez en México (1968), y luego al idioma portugués en (1970), con prólogo de Hernán Fiori; editado por Siglo XXI editores S.A en el 2003. Freire establece en el texto que se reseña, una estructura compuesta por cuatro capítulos. La estructura del texto se engrana al objeto de la intencionalidad pedagógica del autor que subyace en la exploración relacional entre la división macro política y pedagogía para abogar por la participación democrática del sujeto en todos los ámbitos: personal, familiar, laboral, sociopolítico y educativo.
El texto inicia planteando en el primer capítulo (páginas 29-69), las raíces de los problemas de la humanidad; hace distinción entre opresores y oprimidos para hacer conciencia de las fuerzas de poder en el ámbito sociopolítico y su influencia en la deshumanización del sujeto que niega la libertad. Existe una nítida abogacía por la libertad en sectores narrativos del texto. Según el autor, “la libertad que es una conquista y no una donación, exige una búsqueda permanente” (p.37). Además, se sustenta la pedagogía del oprimido como “pedagogía humanista y liberadora” (p.47).
En el segundo capítulo (páginas 71-95), el autor hace referencia a la situación actual de la educación donde concurre un elemento perjudicial para la educación: memorización, de modo que, en esta parte del libro se plasma la relación “fundamentalmente, narrativa, discursiva” y “disertadora” (p. 71) entre educador-educando, haciendo hincapié crítico en la educación tradicional de los opresores, que llama “educación bancaria” (p. 72). El pedagogo brasileño considera que este tipo de educación “estimula la contradicción” (p.73). Hasta el final del capítulo Freire sigue marcando como la educación bancaria interesa a la clase dominante y deja a los oprimidos en la oscuridad: “La ‘bancaria’ insiste en mantener ocultas ciertas razones que explican la manera como están siendo los hombres en el mundo y, para esto, mitifican la realidad” (p. 91).
En el tercer capítulo (páginas 99-154) una vez expuesta la educación bancaria, se presenta la funcionalidad del docente para la transformación social. Así, se realiza un análisis del diálogo reflexivo como medio para transformar el mundo y como mecanismo para la práctica de la libertad. El autor pregona que “participar en esta transformación no es un privilegio de una cierta clase, “sino un derecho de todos los hombres” (p. 101). Se plantea, también, los requisitos ineludibles para tener un diálogo legítimo, y, antes de todo, subraya lo cardinal del amor: “no hay diálogo si no hay un profundo amor al mundo y a los hombres” (p.102). Tampoco hay diálogo sin la fe, esperanza, confianza, pensamiento y humildad: “la pronunciación del mundo, con el cual los hombres lo recrean permanentemente, no puede ser un acto arrogante” (p. 103).
En el cuarto capítulo (páginas 157-246), se articula de manera teórica lo expuesto de los tres capítulos anteriores. Se indagan disímiles ámbitos que son transversales o tangenciales a la educación liberadora, y que orientan hacia la correspondencia entre teoría y práctica pedagógica; pensamiento y acción social; humanización del hombre mediante la transformación de la realidad. Así, en este punto narrativo el autor se reflexiona dos nociones la invasión cultural y antidialogisidad. Colectivamente, se habla de lo esencial del liderazgo en la toma de decisiones del hombre. El autor latinoamericano plantea que la estrategia de transformación socioeducativa sugiere conjugar la teoría con la práctica, en otras cláusulas, necesita trascender a esferas de diseño e implementación.
Los aportes de esta perspectiva de pensamiento, radica en la contextualización connotativa y nociva del posmodernismo, neoliberalismo y globalización en los círculos educativos; establecimiento diferencial educativo estructurado y condicionante de la educación liberadora como forma de desalineación del oprimido; integración del rol educativo al desarrollo del pensamiento crítico; concientización social desde el alfabetismo; lectura real con visión cosmopolita; funcionalidad y sistematización analítica y transformadora de la conciencia crítica; autorrealización del sujeto con el autoconocimiento.
La educación desde este libro, se concibe como un proceso bidimensional: como un medio reflexivo y posibilidad humana para la transformación de la realidad en un mundo común. Por ende, el conocimiento es una construcción social que parte del aula (micro espacio) y se materializa en la sociedad (macroespacio). El aprendizaje, requiere coligarse en la toma de conciencia de la realidad social, económica, política y cultural que afronta el educando. El maestro, es un sujeto activo y problematizador, que lee, interpreta y transforma el mundo. A la par, ofrece condiciones de aprendizaje desde el logos social. El educando, necesita ser un actor dinámico, participativo, autónomo, reflexivo, crítico y multiperspectivista del entorno. El proceso de enseñanza para el aprendizaje, no debe caer en un positivismo pedagógico vertical o “bancario”. Igualmente, el proceso educativo se orienta hacia la formación totalizante del sujeto y su desarrollo integral. En efecto, la pedagogía liberadora es una apertura ideal, crítica y hermenéutica ante el mundo para incitar la libertad, creatividad, alteridad, pluralismo, multiculturalismo y civismo social e inclusivo. La praxis educativa transformadora y liberadora exige pedagogos responsables y vigilantes, que favorezcan la articulación entre historia y el anhelo de libertad.
El tradicionalismo pedagógico, el cual crítica la propuesta freireana exhaustivamente en este libro, es un ejemplo que permite entender la actualidad del sistema educativo, dado que en diversas esferas institucionales aún está vigente. De hecho, en la educación bancaria que se enfrenta a la educación concientizadora, liberadora y esperanzadora, se caracteriza por el depósito, trasferencia y trasmisión del conocimiento, dato e idea. En la trasmisión no se plantea un acto reflexivo, político (toma de decisiones), dialógico, analítico y argumentativo con metacognición del proceso de aprendizaje, sino por el contrario, radica en la estructuración de la función mecánica y apolítica de la educación. En este punto, el aprendizaje memorístico, repetitivo y conceptual se engranan en el eje de dominación. La relación educadora y educando es conflictiva en función a la jerarquía del dominio conceptual e imposición normativa, esto implica una relación de poder: el que sabe y no. Este tipo de pedagogía aboga por el resultado más no por el proceso.
Es conveniente indicar, el auténtico sentido ontológico y antropológico que subraya de manera implícita el pensador brasileño en su libro, reside en el sujeto inacabado que precisa la construcción continua de la existencia. El hombre desde la pedagogía de la liberación, es un ser social, autónomo, humanizado y abierto que necesita ser libre por medio de la verdadera educación y las relaciones dialógicas con el prójimo. En contraste, al ser deshumanizado producto del tecnicismo, tradicionalismo y absolutismo del conocimiento.
Las palabras en este interesante libro dibujan preocupaciones de lacerante desigualdad social, pero también, posibilidades de acción de mejora. Al involucrarse en la lectura se evidencia el notable carácter revolucionario, radical y retador con acento en dicotomías que transcienden esferas socio pedagógicas y enmarcación en humanismo social, existencialista, marxista y pedagógico. El autor hace colación a culturalizar las clases populares. La lectura del texto de Freire en torno a la educación ha sido una atrayente forma de vincular la realidad sociopolítica con lo educativo y sus connotaciones pragmáticas en el quehacer pedagógico y humano, despertando a su vez, interrogantes al sistema educativo actual: ¿cómo educar y empoderar el proceso de enseñanza para el aprendizaje desde el enfoque crítico?, ¿cómo humanizar el proceso educativo?, ¿sí el cambio social está sujeto desde diálogo participativo y autónomo, cómo debe ser asumido por los actores socio educativos?, ¿cuáles deben ser los fundamentos curriculares de una educación popular? y ¿existe una posible hegemonía capitalista en la educación?
Rediseñar, resignificar, construir y transformar la educación de forma permanente es un desafío social, cultural, humano y político, y más aún cuando afronta variables sociales y educativas, a saber: deserción escolar, pobreza, desempleo, indiferencia social, alineación cognoscitiva, ausencia de espacios participativos y democráticos, el mundo globalizado y crecimiento tecnológico. En este terreno complejizado y ambivalente, Freire nos transporta a esa realidad social y educativa mudable. La educación tiene una responsabilidad social. El compromiso del maestro del siglo XXI debe enfatizarse en la práctica y discursividad del hombre como sujeto político. El momento actual educativo, social y político latinoamericano merece una reflexión pedagógica y ética donde el educador comprenda, derive la ecuación sociopolítica del país y la integre al aula mediante la pregunta problematizadora, reflexión y diálogo participativo.
La teoría pedagógica que expone Freire es laudable e invaluable, y a priori, es viable que los resultados sean acordes con lo anhelado. Los neologismos, conceptos e ideas son cautivadores. Profundizar, reflexionar y armonizar la propuesta de este intelectual crítico a la realidad social, traza un instante para meditar acerca de los pilares de la vida, sociedad y educación. Los trazos de la escritura de este magnifico autor, constituyen un aporte sustancial a la corriente crítica defendida por la escuela de Frankfurt. Este texto está dotado de una fluctuación fascinante que enriquece el movimiento de liberación. En continuidad con esta línea, el pensamiento revolucionario de Freire emana un sentido crítico metodológico que brinda un optimismo pedagógico.